sábado, noviembre 15, 2008

La Oscuridad que Acecha

En este segundo libro de la saga El Mensajero de la Oscuridad, se cierra la historia presentada en el primer volumen.

La guerra está a punto de estallar entre plenimaranos y eskalianos. Nysander manda a Seregil a una misión de vida o muerte para recuperar un poderoso objeto escondido durante siglos en una montaña perdida. Lo que Nysander no revela es que este objeto forma parte de un terrible todo que, si cae en las manos equivocadas, puede azotar al mundo de un estado de terror y desolación lo nunca visto.

Si el primer libro me gustó, este segundo libro me ha encantado. En esta ocasión Flewelling no se anda por las ramas y nos trae cerca de setecientas páginas de pura acción, vibrante y emocionante, que te da ni un respiro hasta la última página. La evolución de los acontecimientos presentados en el primer libro es fantástica, así como su conclusión, el último tercio del libro se lee casi sin respirar. Esta vez Flewelling no se corta un pelo en escribir los horrores de la guerra en todo su esplendor, por lo que se puede decir que este libro es mucho más cruel que el anterior, pero también mucho más emotivo.

Los personajes, todos siguen en su línea, pero todos van creciendo y van cambiando. Personajes como Thero que quizá era de los que resultaban más indiferentes en el primero aquí les coges mucho cariño, y a los que ya querías, los quieres todavía más. Además, es de agradecer la presencia de un personaje como Beka, un personaje femenino fuerte e independiente capaz de valerse por sí misma tan bien o mejor que los soldados hombres.

Por supuesto, hay que mencionar la historia de amor que se desarrolla entre los dos protagonistas y que ya se dejaba entrever en el primer libro, Flewelling la escribe con mucha naturalidad, resultando una trama no excesivamente romántica, sino que surge sin más. Como dice Alec, "de pronto, la sensación del cuerpo delgado de Seregil apretándose contra el suyo le parecía tan natural como la unión de dos arroyos". Un romance precioso que imagino se irá desarrollando más en los siguientes volúmenes.

Tampoco quería dejar de destacar que la traducción de este segundo libro flojea un poco comparado con el primero, en especial los contínuos cambios de color de ojos de Alec y Seregil (verdes y grises respectivamente, pero que en varias ocasiones pasan a ser azules, tampoco descarto que sea cosa de algún lapsus de la autora), muchas palabras a las que le faltan letras o el abuso del adjetivo sombrío (esto también pasaba en el primero).

Pero quitando eso, para resumir, decir que La Oscuridad que Acecha es un libro entretenidísimo, muy emocionante con una historia muy bien desarrollada y muy recomendable para cualquier aficionado a la literatura fantástica.

Nota: 9