domingo, octubre 23, 2016

Carry On

En su laureada novela Fangirl, Rainbow Rowell creo una saga de libros ficticia que venía a ser el equivalente a Harry Potter con la que la protagonista, Cath, estaba obsesionada. No solo eso, sino que Cath escribía fanfic sobre sus dos protagonistas masculinos, Simon y Baz (Harry y Draco, para que nos entendamos), y en sus historias, al contrario que en los libros reales, estos dos chicos estaban enamorados. En Fangirl ya pudimos leer extractos tanto de los fics de Cath como de los libros "verdaderos" de Simon Snow, pero después de terminar Fangirl, Rowell se quedó con la espinita de escribir más sobre Simon y decidió escribir ella su propia historia, y sí, con Simon y Baz enamorados.

Simon Snow es el elegido. Cuando era pequeño descubrió que podría practicar magia y fue enrolado en una Escuela para Magos, Watford. Según todas las profecías, Simon es el mago más poderoso de la historia y está destinado a salvar al mundo mágico de la amenaza del malvado Humdrum, un ser que quiere absorber toda la magia y que tiene el aspecto de Simon niño. El problema es que, como siempre se encarga de recordar su compañero de habitación y némesis, Baz, Simon es un pésimo mago, y no es capaz de hacer correctamente hasta los conjuros más sencillos.
Ahora Simon está en su último año en Watford, y no está precisamente en su mejor momento: su mentor y director de la escuela quiere llevarle lejos para protegerle (a él y a sus compañeros, claro) de los ataques del Humdrum, su novia Agatha acaba de cortar con él y, para postres, no hay ni rastro de Baz, que lleva semanas desaparecido. ¿Estará Baz tramando algo perverso, algo con lo que acabar con Simon de una vez por todas?

Como ya dije en mi reseña, Fangirl me gustó muchísimo, porque Rowell hizo un gran trabajo desarrollando a una auténtica fangirl y escritora de fanfic y era muy fácil sentirse identificada con Cath si tú también eres una de esas chicas. También disfruté mucho todos los extractos de Simon Snow, así que estaba totalmente preparada para ADORAR Carry On. I mean, ¿Harry Potter con Harry/Draco canon? Count me in! Lamentablemente el libro no terminó de colmar todas mis expectativas, por una serie de problemas que ahora comentaré, pero aun sí me gustó un montón y me pareció una monada, así que no estoy para nada decepcionada.

Con Carry On nos encontramos en la situación en la que Rainbow Rowell tiene que crear un mundo mágico, con todas sus reglas y particularidades, desde cero, y hacerlo en un único libro sin que sea excesivamente pesado. Normalmente en este tipo de historias todo se va desarrollando a lo largo de varios libros, y leyendo este tienes un poco esa sensación, porque Simon está en el último año, y cuesta un poquito meterte en todo el supuesto peligro cuando no has vivido con él las situaciones delicadas de los siete años anteriores, y no les tienes tanto cariño a los personajes como si ese hubiera sido el caso. La autora, eso sí, hace un buen trabajo en la creación de este mundo. Irremediablemente nos va a recordar a Harry Potter y a otros libros similares, las influencias son obvias, pero Rowell también crea un sistema mágico bastante ingenioso y divertido, así que en todo momento encontramos su sello personal y eso siempre es bueno.

Al libro le cuesta un poquito arrancar, las cien primeras páginas o así son un poco pesadas. Están bien para ir conociendo el mundo mágico y a Simon, Penny y Agatha, y sobre todo para ir empezando a ver realmente lo obsesionado que está Simon con Baz... ¡Está pensando en él a todas horas! Pero esta primera parte es un poco aburrida y no empieza a coger ritmo hasta que llega Baz, que es el mejor personaje de lejos y todos sus capítulos son una gozada. A partir de ahí, cuando Simon y Baz hacen una tregua y pasamos a resolver el misterio de la muerte de la madre de Baz, el ritmo es mucho mejor y la historia te atrapa mucho más.

Simon y Baz por Leela Wagner, ilustración incluida en la edición especial de Fangirl

El romance entre Simon y Baz es una cucada, aunque hay menos del que me gustaría. El paso de enemigos acérrimos a novios es creíble y Rowell tiene mucho arte para escribir las escenas románticas. La solapa ya te avisa de que hay mucho kissing y en ese aspecto no decepciona en absoluto. Y es que en serio, Baz es un amor. Un A-M-O-R. No me extraña que Simon esté tan loco por él.

La novela nos va acercando a la resolución de los dos misterios, por un lado el de la madre de Baz y por otro el del Humdrum y su relación con el Mage, y, como es de esperar, ambos misterios están más relacionados de lo que Simon, Penny o Baz podrían haber anticipado. La resolución es un poco precipitada y Rowell no acaba de sobresalir en lo que es la narración de la acción, por lo que no termina de ser un conflicto especialmente emocionante. En general el libro es bastante infantil, así que no hay ningún momento de esos que te desgarren realmente el corazón. Pero no es una mala resolución en absoluto, al contrario, y el giro de Simon siendo el elegido y el Humdrum es un poquito previsible pero interesante.

Carry On excede sobre todo en lo que se le da mejor a Rowell: los encantadores personajes (sobre todo Baz y Penny), las relaciones entre ellos, los diálogos ágiles y divertidos, el romance, y en sí las situaciones más costumbristas. En lo que es la acción el libro se queda mucho más corto, aunque también es comprensible puesto que es la primera vez que Rowell escribe una novela de estas características y para ser la primera vez considero que está lo suficientemente bien.

Así que ojalá pudiera decir que he adorado este libro como esperaba hacerlo, pero de todas formas lo he disfrutado mucho y solo por el romance entre Simon y Baz me ha valido totalmente la pena.

Nota: 7.5

P.D. Está editado en español con el título Moriré Besando a Simon Snow.

Buick 8, Un Coche Perverso

Seguimos con la kilométrica bibliografía de Stephen King (me he puesto de objetivo leer unos cinco-seis libros del escritor al año, y algún día me pondré al día, espero...) y en esta ocasión le ha tocado el turno a Buick 8, un coche perverso, del cual no tenía grandes expectativas y me ha sorprendido bastante.

Ned Wilcox es el hijo de un policía que murió en servicio unos meses atrás. Desde entonces, todavía confuso y dolido por la muerte repentina de su padre, Ned se pasa todas sus horas libres en la comisaría en la que trabajaba este, como si así pudiera entender un poco mejor por qué algo tan terrible tuvo que suceder. Los antiguos compañeros de su padre le cogen tanto cariño que le ofrecen trabajar con ellos en prácticas el verano antes de marcharse a la universidad, y es entonces cuando el Capitán, Sandy Dearborn, le explica el secreto que han guardado durante décadas: en 1979, un hombre vestido de negro aparcó su Buick del 54 en una gasolinera para repostar. El conductor fue al baño y desapareció sin dejar rastro. Los troopers, uno de los cuales era el padre de Ned, se llevaron el coche a su comisaría en Pensilvania y lo guardaron en un cobertizo. Pronto se dieron cuenta de que algo siniestro se ocultaba en ese coche, y su presencia les acompañó año tras año, mostrándoles cosas que ningún ser humano era capaz de comprender, amenazándolos con su presencia maligna, y obsesionándolos y fascinándolos hasta extremos peligrosos...

Buick 8, un coche perverso no es exactamente uno de los libros más queridos de King, al contrario, viendo los ratings y comentarios en GE, mucha gente lo encuentra denso y casi aburrido porque no pasan muchas cosas. Sí es verdad que no es de los más dinámicos del escritor, pero a mí me mantuvo el interés hasta el final y creo que King hace un buen trabajo reflejando esa presencia constante e imprevisible de ese coche que no es exactamente un coche y que está esperando el momento justo para actuar y llevarte al otro lado.

Mezclando el terror con la ciencia ficción, Stephen King utiliza una narración muy de serie de televisión, alternando el presente con el pasado (el THEN - NOW que utilizan las series para mostrar los flashbacks que tienen que ver con el presente más de lo que parecía en un principio), y a medida que avanza la historia Sandy deja de ser el único narrador para ir incorporando al resto de personajes que también participaron en la historia.

De este modo, tanto a Ned como al lector le van explicando todo el tipo de terribles sucesos que vivieron con esa cosa en el cobertizo, desde los festivales de luces, pasando por misteriosas desapariciones de personas o animales, hasta la llegada de criaturas espeluznantes que parecían venir de otro sitio, inhóspito y aterrador... En algunos puntos es un pelín repetitivo, porque todos los personajes describen más o menos igual las sensaciones y los olores, pero no se hace demasiado molesto.

Sí que es verdad también que al estar narrado de esta forma se pierde un poco el misterio de quién muere y quién no a causa del coche, pero, como es de esperar, la historia todavía no ha terminado y el coche todavía sigue dando guerra, aunque King ya te avisa desde el principio que todo lo que rodea al misterioso Buick es uno de esos misterios que no se llegan a resolver jamás, por lo que el final, aunque es cerrado, sí que puede dar un poco de sensación insatisfecha.

También es destacable que para esta vez Stephen King se aleja de su Maine de siempre y ubica la historia en Pensilvania, narrándonos cómo es el trabajo de los troopers que se juegan la vida cada día e incluso incluyendo anécdotas y situaciones reales que estos le proporcionaron para darle más veracidad a la historia. Los personajes están bien dibujados y son creíbles, tanto en su forma de hablar como en sus reacciones ante todo lo horrible que han tenido que presenciar.

Buick 8, un coche perverso no estaría entre las obras maestras de King pero sí es un libro muy notable dentro de su extensa obra que me mantuvo en vilo y casi con los pelos de punta hasta el final, lo cual tiene mucho mérito porque la premisa en sí no parece que vaya a dar para mucho.

Eso sí, leyendo este libro me di cuenta de la obsesión que tiene Stephen King por coches asesinos (obsesión que parece haber heredado su hijo). Ahora, ¡a por Christine!

(Y por cierto, un poco después de comenzar a escribir este libro, cuando tenía el primer borrador terminado, King casi se mata en un accidente de coche... Algunas casualidades son realmente inquietantes)

Nota: 7.75

domingo, octubre 16, 2016

La Estrella Robada

La Estrella Robada es un relato corto de Mary Higgins Clark que está protagonizado por uno de sus personajes habituales, la detective aficionada Alvirah Meehan junto a su marido Willy.

En esta ocasión no encontramos ningún asesinato, sino que el misterio, o misterios porque son dos, van por otros derroteros. Por un lado, Alvirah intenta echar una mano a una amiga que acaba de heredar la casa de su hermana y planea dejársela a la cuñada de Willy, que es monja, para utilizarla como centro social para los niños que no tengan a dónde ir después de la escuela mientras esperan a que lleguen sus padres de trabajar. Pero, para sorpresa de todos, la susodicha hermana cambió el testamento en el último momento y le ha dejado la propiedad a los inquilinos a los que les alquilaba el ático... aunque Alvirah sospecha que estos no son trigo limpio y busca encontrar la manera de demostrar que han falsificado el testamento.
Por otro lado, siete años atrás una adolescente abandonó a su bebé en la puerta de una iglesia en Manhattan, esperando que le encontraran un buen hogar a su niña. Lo que ella no sabía es que dio la casualidad de que en ese mismo momento había un ladrón robando en la iglesia que se llevó el cochecito. Ahora, Alvirah se encontrará con la compungida madre, que acaba de descubrir la verdad, y buscará pistas para dar con el paradero de la niña, que está más cerca de lo que las dos piensan.

Aunque sea una historia corta, no llega a las ciento cincuenta páginas, La Estrella Robada tiene todos los elementos típicos de Higgins Clark y de hecho es de las historias de ella que más me han gustado de las que he leído últimamente. El hecho de que no haya asesinos le aporta frescura a la lectura y la resolución de ambos misterios, que tienen algunos elementos en común, es fluida y satisfactoria. Siempre es un gusto leer a Alvirah, esta mujer que pone toda su voluntad para resolver las intrigas que se encuentra y que cae muy bien, y vemos algún que otro personaje también habitual de la autora como la hermana de Willy o la ex-policía ahora metida a monja que trabaja con ella. Como siempre, en el libro encontramos los puntos de vista de casi todos los personajes involucrados en la trama, y el hecho de saber desde el principio quiénes son los responsables de sus respectivos delitos no le quita emoción a la historia, al contrario, estás deseando saber cómo Alvirah va a conseguir atar cabos, demostrar cosas y resolverlo todo.

La historia se sitúa un poco antes de Navidad por lo que casi podríamos decir que es un cuento navideño; me dio un poco de pena habérmelo leído en verano porque creo que lo hubiera disfrutado todavía más en esas fechas. La historia de la pequeña Stellina con su nonna y su deseo de encontrar a su mamá es encantadora y reconozco que se me saltaron algunas lágrimas con el final.

La Estrella Robada es otro buen trabajo de Mary Higgins Clark, ideal para leer durante las fiestas navideñas si queremos una historia cortita y no demasiado complicada que nos llene de ternura y buenos sentimientos.

Nota: 7.75