lunes, abril 17, 2017

Finders Keepers

Finders Keepers es la segunda entrega de la trilogía protagonizada por el detective retirado Bill Hodges, que comenzó con Mr. Mercedes.

En esta ocasión, King nos trae reminiscencias a Misery presentándonos de nuevo a un asesino tan obsesionado con su escritor favorito y, especialmente, con el protagonista de su serie de libros más famosa, que es capaz de cualquier cosa para corregir la injusticia que él cree que se ha cometido terminando la saga de una forma que arruina totalmente a su personaje favorito. 

La historia comienza en 1978, cuando el joven Morris Bellamy irrumpe en la casa del escritor John Rothstein y le asesina a sangra fría, robando una serie de cuadernos con material inédito de su héroe Jimmy Gold de la saga The Runner. Cuando las cosas no salen después como había planeado, asustado decide esconder las libretas en un lugar seguro hasta tener total acceso a ellas, pero es encarcelado antes de poder leer lo que tanto ansía. Treinta y seis años después, Morris sale en libertad condicional y se dispone a recuperar su tesoro... lo que no sabe es que ahora está en manos de Pete Saubers, un adolescente que vive en la misma casa en la que vivía Morris y que se encontró con ese botín de pura casualidad.

Finders Keepers está muy conectado a Mr. Mercedes (el padre de Pete fue una de las víctimas de la masacre del City Center, la hermana de Pete es amiga de Barbara, la hermana de Jerome, Hodges va a visitar a Brady y se nos hacen continuas alusiones al primer libro), pero también se puede disfrutar como libro autoconclusivo porque el misterio principal es totalmente independiente. King construye un relato bajo una base parecida a la de Misery, aunque en este caso el escritor tiene poco que ver y lo importante es su obra, o más bien, su personaje Jimmy Gold (cuya frase preferida es Shit don't mean shit, algo que se nos recuerda como cincuenta veces a lo largo del libro). Lo mejor que tiene Finders Keepers (que es el nombre de la agencia de detectives que regentan Hodges y Holly) es cómo se van interconectando las dos historias, la de Morris y la de Pete, y cómo convergen al final en una resolución bastante adrenalítica. 

Más allá de eso Finders Keepers tiene los mismos problemas que Mr. Mercedes. Empieza muy bien pero llega un momento que se vuelve lento y un poco cansino, porque las tribulaciones de Bellamy son difíciles de tomar en serio. Me quejaba del primero que Brady prometía mucho y no dejaba de ser un niñato con mommy issues y con Bellamy pasa tres cuartos de lo mismo, está tan butt hurt solo porque su personaje favorito haya acabado de una forma que no es la que él quería que la rabia le ciega hasta el punto de agredir y matar. ¿En serio?

Para los fans del trío formado por Hodges, Holly y Jerome está muy bien volver a verlos trabajar y comprobar cómo han cambiado los tres, especialmente Holly que ha crecido mucho. Aunque por otro lado, realmente tienen muy poco protagonismo, que recae prácticamente sobre Morris y Pete, y no encuentro necesario que Hodges esté destacando todo el rato lo mucho que ha mejorado Holly, porque eso es algo que el lector ya puede percibir sin que se lo repitan una y otra vez.

Otra cosa que tiene el libro es que es como una carta de amor a la gran literatura, especialmente la americana. King toca el tema de cómo la literatura nos puede llegar a afectar profundamente, ayudar a dar forma a quiénes somos y a dónde queremos ir, a ayudar a conocernos mejor a nosotros mismos en función de las obras que más nos tocan o inspiran. Pero es una pena que casi todos los autores a los que mencione sean hombres, y que sean los hombres (Morris y Pete) los que aprecien la literatura clásica, la "de verdad" mientras que las chicas, como Tina, lean Divergente (y en el extracto del tercer libro que venía en esta edición sale una mujer leyendo 50 Sombras). Hm.

Finders Keepers me dejó con la misma sensación que Mr. Mercedes. Es un thriller entretenido, pero lo podría haber escrito cualquier autor de misterio, porque tiene muy poco del King más puro. No está mal, pero no mata en absoluto.

Ah, y viendo lo que avanzan de Brady en este libro, no sé yo si me va a gustar el tercero... Aunque, visto lo visto, casi mejor que King vuelva a lo que se le da mejor, que es el terror.

Nota: 6

sábado, abril 15, 2017

Single in the City

Hace unos años, cuando todavía estaba en mi anterior trabajo, me sentía tan miserable que a menudo fantaseaba con la idea de dimitir o de que me despidieran, coger mis bártulos, e irme a Londres a empezar una nueva y excitante vida. Imagina, viviendo sola, en otro país, en una de las ciudades más fabulosas del mundo, empezando de cero y labrándote un futuro con poco más que el sudor de tu frente y mucha fuerza de voluntad. Y quién sabe, tal vez conocería a alguien especial... ¿Qué podría ser más romántico?

Buscando nuevos libros chick-lit para leer, me topé con este, y al ver la sinopsis lo tuve clarísimo y me lo compré de inmediato. ¡Era exactamente tal cual fantaseaba! Por supuesto, cuando me quedé sin trabajo, mucho antes del Brexit, no hice nada de nada... Porque así soy yo. Fantaseo mucho pero a la hora de la verdad no llevo nada a la práctica.

En fin. La protagonista de este libro es Hanna, una veinteañera de Connecticut que, tras quedarse sin empleo, en un impulso decide utilizar el dinero del finiquito para comprar un billete de avión y cumplir su sueño de comenzar una nueva vida en Londres. Una vez allí conoce a un hombre guapísimo, entra a trabajar en su compañía como secretaria y comparte piso con un grupo de simpáticos y ruidosos australianos. Todo parece que está saliendo a pedir de boca... ¿O no es así?

Pese a que Single in the City era precisamente lo que estaba buscando cuando lo compré, la verdad es que entonces no pude terminar de leérmelo. En el segundo intento sí pude, aunque también me costó, porque la verdad es que es un poco engorroso.

Pero siempre me gusta empezar por lo positivo, así que allá va: el estilo de la autora es genial. y no se nota apenas que este sea su primer trabajo. Su escritura es muy divertida y cínica, y en algunos casos da en la diana de una forma asombrosa, mi parte favorita es cuando Hanna hace una lista de las frases que un novio en condiciones jamás le diría a su novia (por ejemplo, "No conozco a nadie que esté felizmente casado" o "Eres igual que tu madre"). La novela está escrita en primera persona del presente y aunque tienes que hacer un poquito de esfuerzo porque Hanna te lo cuenta todo tal cual lo ve y lo piensa (no te dice "me voy a mirar por la ventana" sino que directamente se va a "no le estoy acosando, simplemente estoy comprobando que está dentro del restaurante" cosas así), funciona porque los comentarios de Hanna y sus comparaciones son la leche. Hanna además es una protagonista muy entretenida porque siempre se las ingenia para meter la pata hasta el fondo. Probablemente es demasiado exagerado (como lo del paper de váter), aunque se le puede perdonar.

Single in the City es el típico chick-lit de la chica soltera con poca suerte en el amor que va en busca del hombre perfecto. La diferencia es que aquí se va a la otra parte del mundo a hacerlo, y es muy gracioso ver cómo Hanna se va enfrentando a las diferencias culturales y cómo parece que a veces hable un idioma totalmente distinto por todas las confusiones y malentendidos con los que se topa. ¡Los ingleses son muy suyos, eso está claro! Además la autora va añadiendo pies de página para explicar las diferencias o explicar cosas inherentemente americanas, algo que encontré bastante original.

¿Cuál es el problema, entonces? Hanna, Hanna es el problema. Supongo que ya no tengo paciencia para este tipo de protagonista tan superficial que solo piensa en ropa y en alcohol y que está tan desesperada por encontrar novio que sale con una ristra de hombres que ni siquiera le gustan realmente y tiene que fingir ser quien no es o que le gustan cosas que no solo para retenerlos a su lado. No es el tipo de heroína que busco ahora en un libro, y por eso me se me hizo cuesta arriba su lectura.

Así que aunque no es un mal chick-lit en absoluto, no tengo muy claro que quiera leer el resto de libros de la saga y sus aventuras en otras ciudades, aunque al menos me alegro que Hanna al final escogiera al chico decente.

Nota: 5'5

viernes, abril 14, 2017

Deseo Concedido

Hacía tiempo que quería hincarle el diente a algún trabajo de Megan Maxwell, una de las autoras románticas más populares en España, y también de las más prolíficas. Siempre que voy a alguna librería veo sus obras destacadas, y había oído cosas buenas de ella, de manera que tenía ganas de comprobar por mí misma el motivo de que sea tan apreciada por estos lares.

Mi primer acercamiento a ella ha sido Deseo Concedido, uno de sus primeros trabajos y el primer libro de la saga Highlander Las Guerreras Maxwell.

La historia comienza cuando las hermanas Phillips, Megan y Shelma, hijas de padre inglés y madre escocesa, ahora huérfanas, están a punto de ser desposadas con dos indeseables por los planes maquiavélicos de sus tíos, que quieren hacerse con sus tierras y criar al hermano de las muchachas, Zac, a su manera. Pero las hermanas, junto al pequeño Zac, logar escapar y se refugian en Escocia junto a su abuelo. Seis años después, su tranquila vida se vuelve a ver interrumpida con la llegada del laird Duncan McRae, un temible guerrero al que apodan el Halcón, su hermano Niall y el mejor amigo de estos, laird Lolach McKenna. La atracción entre Megan y Duncan es inmediata, pero su incompatibilidad de caracteres parece que será un gran obstáculo para ellos, mientras que Shelma y Lolach no tardarán en enamorarse el uno del otro. Y cuando una nueva tragedia alcance a las chicas, un matrimonio con los dos lairds parecerá ser la mejor solución para su protección, aunque en el caso de Megan y Duncan, decidirán unirse en handfasting, es decir, estar casados durante un año y decidir después si continuar adelante con su matrimonio o no.

Lo cierto es que el libro no me entró muy bien ya de primeras, y me sabe mal porque realmente iba predispuesta a que me gustara; tenía muchas ganas de probar con el género Highlander, de probar con la autora, y me conformaba con un romance entretenido y héroes de esos que te hacen desear que existieran en la vida real. Lo que me encontré fue una historia que parecía escrita por una niña de trece años, un estilo narrativo bastante pobre y unos personajes que no se hacen de querer, precisamente.

Deseo Concedido no destaca precisamente por una gran ambientación histórica; el lenguaje obviamente es totalmente anacrónico, así como la forma de ser y actuar de los personajes, y no hay tampoco mucho trasfondo sobre la época y el contexto en el que se sitúa más allá de algunas pequeñas pinceladas. La autora no es nada descriptiva en lo que se refiere a los parajes o localidades (hay descripciones del estilo "la estancia estaba pobremente decorada con un par de tapices", cosas así). Además el vocabulario de la autora no es muy abundante, y repite las mismas palabras continuamente. La primera vez que Duncan conoce a Megan, por ejemplo, destaca de ella su espectacular pelo, su espectacular sonrisa y sus espectaculares ojos.

O por poner un pasaje más llamativo:

-De acuerdo -sonrió dejándolo sin aliento-. Duncan, vuestro caballo es una preciosidad.
-Dark es un buen caballo - respondió tocando el testuz del caballo, que a modo de agradecimiento frotó el hocico contra su mano-. ¿Sabes? Hoy me he dado cuenta de que mi caballo y tú tenéis el mismo color de pelo.
-¡Por san Ninian! - rio ella al escuchar aquello-. Me han dicho muchas cosas, pero nunca que mi pelo era como el de un caballo.
-No he dicho eso - se defendió divertido al escucharla-, sólo que tu color de pelo y el de Dark es el mismo.
-Pues ¿sabéis lo que os digo? -replicó Megan cogiendo su trenza para ponerla junto al caballo-. ¡Que tenéis razón!
La palabra caballo se repite seis veces en apenas diez líneas, y en la página entera todavía aparece algunas ocasiones más. Esto es algo que muchas veces un escritor hace sin darse cuenta, pero por ese motivo existen los editores, ¿no? Para evitar cosas así.

Pero no solo el vocabulario es repetitivo, el libro en sí lo es inmensamente. Es lo mismo una y otra vez: Zac se mete en problemas, Megan hace algo poco femenino para ayudarle, Duncan se enfada como una mona, la llama de todo, se discuten, luego hacen las paces, y vuelta a empezar. Para ser una mujer tan fuerte, independiente, descarada, inteligente y que está acostumbrada a comportarse como un hombre (y esto lo sabemos porque cada vez que hace cualquier cosa toooooooodos los hombres a su alrededor se sorprenden de su fuerte carácter, no importa que ya la conozcan desde hace tiempo, cada vez la autora ve pertinente señalar este hecho), le perdona a su marido que la trate como basura con una facilidad pasmosa. Me parece muy bien que la historia se sitúe en una época machista en la que las mujeres debían acatar cada orden de sus maridos sin rechistar, pero una autora con recursos debería ser capaz de encontrar la manera de escribir un romance más interesante, porque no hay nada rescatable en la relación de Duncan (scumbag) y Megan, nada. De hecho, todos los personajes parece que tengan doce años, en vez de los casi treinta que se supone tienen. Para ser un guerrero tan temible, lo único que hace Duncan es preocuparse por cualquier absurdo detalle de lo que hace o deja de hacer su esposa.

Creo que Maxwell es conocida por sus libros eróticos, en este caso las escenas de cama no son muy explícitas, primando más el romance en sí.

También me encontré con algunas incoherencias como que en el primer capítulo digan que Megan tiene veinte años y Shelma dieciocho y por tanto ya tienen edad para casarse, y luego en la mitad del libro Megan le dice a su hermana que es normal que no se acuerde de su madre porque era muy pequeña cuando ella murió, y que cuando llegaron a Escocia Shelma tenía trece años. Aunque realmente hubiera tenido trece años tampoco hubiera sido tan pequeña como para no acordarse de su madre, y más teniendo en cuenta que Zac tenía un año cuando se marchan de Inglaterra. 

A Deseo Concedido le siguen otros tres libros que giran entorno a los romances de personajes secundarios de esta novela: Gillian y Niall en el segundo, Kieran en el tercero, y el insoportable Zac en el cuarto. Mi intención inicial era leérmelos todos pero con lo poco que me gustó este, me planto aquí. Es posible que le de otra oportunidad a Maxwell, porque no me parece justo juzgar a la autora por su primer libro y seguro que ha mejorado mucho, pero tampoco tengo prisa en hacerlo.

Acepto recomendaciones de buenos libros sobre Highlanders, eso sí.

Nota: 3