sábado, febrero 24, 2018

El Invencible Iron Man: La guerra de las armaduras

Te das cuenta enseguida de que esto se dibujó en los ochenta por:
-La permanente tan hortera que luce el pobre Tony.
-Esas horribles moquetas en todos los despachos y habitaciones. ¡Muerte a la moqueta!

Armor Wars es una de las sagas del héroe de hierro que son consideradas como imprescindibles para los lectores y fans del personaje. En su momento Iron Man no gozaba de demasiado éxito entre el público de Marvel y gracias a historias como esta consiguieron hacer subir como la espuma la popularidad y las ventas de las aventuras de Tony Stark, millonario, playboy, filántropo.

En esta entrega, Tony descubre que su tecnología ha sido robada y que su enemigo Justin Hammer la ha vendido al mejor postor, propiciando que diversos villanos que utilizan armaduras blindadas han cometido crímenes con ella. Sintiéndose indirectamente culpable, Tony emprende una vendetta con el objetivo de destruir todas las armaduras que utilicen componentes que él ha fabricado... solo que no se detendrá cuando haya terminado con todos los villanos.

Aunque obviamente hoy en día es un cómic que se ve muy anticuado, especialmente en el dibujo, y que hay capítulos que son bastante meh con Tony enfrentándose a enemigos tan memorables como Zancudo o Manta Raya, al final me encontré realmente enfrascada en la lectura porque ofrece lo que es la pura esencia de Tony Stark. ¿Egomaníaco? ¿Jamás se responsabiliza de sus errores? ¿Solo piensa en sí mismo? Todo lo contrario; Tony cree que por su culpa gente inocente ha sido herida o peor y decide hacer algo al respecto. Solo que se ciega tanto en su intención de corregir todos sus errores que acaba cegándose hasta tal punto que la caga todavía más. En este caso, va a por aliados que poco tienen que ver con las actividades criminales de Hammer y quiere destruir tecnología que realmente sería beneficiosa para el público general si se le da un buen uso. Además, también propio de Stark, se empeña en hacerlo todo solo, sin aceptar ayuda (salvo la de Rhodey, que es el mejor amigo del mundo), desoyendo consejos y alejando a sus amigos. 

Mi capítulo favorito es, por supuesto, el que enfrenta a Iron Man y a Capitán América, porque resume muy bien hasta dónde es capaz de llegar Tony para ahogar un sentimiento de culpa por algo que ni siquiera es realmente responsabilidad suya. Cómo arriesga su amistad con Steve, algo que valora por encima de la mayoría de las cosas, convencido de que en el fondo se merece quedarse solo si ese es el precio por combatir sus propios demonios. Oh, Tony. 

También me gustó mucho el final: Tony está decidido a deshacerse de las armaduras para siempre, a sabiendas de que esa es la única manera de arrancar el problema de raíz. En el último momento, pero, se da cuenta de que eso también es una irresponsabilidad, porque si aparece otro enemigo y él necesita estar equipado para hacerle frente, no hacerlo también sería peligroso. Así que está condenado a repetir el círculo y a vivir torturado hasta el final de sus días, porque así es Tony Stark.

¿He dicho ya que quiero a Tony Stark y que digan lo que digan sus detractores sigue siendo uno de los superhéroes más humanos y complejos? 

Aunque en conjunto es una historia bastante simplona y que ese empeño por explicarlo todo en texto en vez de dejar que el lector se deje guiar por lo visual es un poco molesta, Armor Wars es una saga bastante interesante que ayuda a conocer mejor al hombre que se oculta tras la armadura.

Nota: 4/5

domingo, febrero 18, 2018

Harriet

Es 1875 y Harriet Woodhouse, una dama soltera de 32 años con una fortuna nada despreciable, vuelve de una visita a unos parientes pobres anunciando con entusiasmo su compromiso con el joven Lewis Oman, un corredor de subastas atractivo y encantador. La madre de Harriet, alarmada, trata de disuadir a su hija haciéndole ver que es un cazafortunas que quiere aprovecharse de ella, y cuando Harriet no da su brazo a torcer, trata de acudir a la ley para declarar a su hija incapacitada, ya que Harriet es discapacitada mental. Lamentablemente no tiene éxito y Harriet y Lewis contraen matrimonio; ese será el principio de una pesadilla para la pobre Harriet, que no tiene ni idea de dónde se ha metido.

Elizabeth Jenkins, una apasionada de la conducta criminal, relata el caso conocido como El Misterio de Penge o el asesinato de Harriet Staunton, que conmocionó a la sociedad británica en 1877 por la crueldad y perversidad a la que la víctima fue sometida y que le condujo a la muerte. Cambiando únicamente los apellidos de los implicados, Jenkins ofrece un sensacional análisis sobre cómo la codicia puede llevar al ser humano a cometer atrocidades que parecen totalmente impensables de una forma casi inconsciente, adentrándose en la psique de Lewis, Patrick, Elizabeth y Alice de una forma escalofriante.

Lo que parece una novela de Jane Austen bajo un enfoque más realista y turbio va escalando gradualmente hasta convertirse en un terrorífico relato que nos muestra, una vez más, que personas en apariencia normales, vecinos que uno diría que son agradables y trabajadores, pueden ser monstruos en su intimidad sin que nadie sospeche lo más mínimo.

Hacía tiempo que no me encontraba personajes tan despreciables, y más sabiendo que cometieron todas esas vilezas realmente, pero la manera en la que Jenkins interpreta cómo se debieron sentir, la clase de pensamientos y deseos que pasaban por su mente, es magnífica. Es increíble que ellos pensaran que lo que hacían era totalmente lícito y justo, que no había nada malo en manipular, engañar y maltratar a una pobre mujer discapacitada, ver cómo se dejaban llevar por su narcisismo y egoísmo, disfrutando de sus vidas mundanas y los placeres de la comida o el contacto físico en el piso de abajo mientras la pobre Harriet y su bebé se consumían en el diminuto cuarto en el que la habían desterrado solo porque les estorbaba cuando eran ellos los que la habían metido en sus vidas para quedarse con su dinero. Que gente tan malvada exista de verdad nunca dejará de ponerme el vello de punta.

Harriet, aunque desazonadora, es una lectura fascinante que gustará sobre todo a aquellos que tengan interés en leer sobre crímenes reales porque Jenkins hace un trabajo formidable imaginado y reinterpretando los acontecimientos que llevaron al triste final de Harriet.

Nota: 4/5

sábado, febrero 17, 2018

Ghost World

Este año me he propuesto leer más cómic que no sea manga, y no solo del género superhéroes, así que aprovechando que tengo pendiente ver la película, me pareció una buena ocasión coger este título de la biblioteca y leerlo antes de ponerme con su adaptación.

Publicado entre 1993 y 1997, esta popular serie dibujada y guionizada por Daniel Clowes sigue a dos adolecentes, Enid y Becky, que recientemente han finalizado el instituto y están en ese impass entre los estudios y el inicio de la vida adulta como tal.

Clowes ofrece un genial retrato sobre ese período adolescente en el que la diversión, libertad y poca responsabilidad de cuando todavía vamos al instituto ha quedado atrás y comienza la presión por empezar a hacer algo con tu vida, reflejado de forma muy realista en las dos chicas, que según el propio autor encarnan dos facetas de su propia personalidad. Aunque al principio todo es igual, poco a poco se hace palpable que las cosas están cambiando para todos; Enid quiere dejar atrás la persona que siempre ha sido y que nunca le ha gustado ser mientras que Rebecca querría que todo siguiera igual para siempre, algo que las vuelve incompatibles pese a haber sido hasta ese punto inseparables. Las dos protagonistas son geniales, y lo cierto es que me hizo echar de menos el haber tenido una amistad así de adolescente (o ahora, vaya): alguien que te acompañará a donde sea, que se pasará horas hablando contigo de cualquier tontería y con la que te lo pasarás bomba criticando al resto de la humanidad.

Cínica, llena de humor negro y envuelta en un aura algo depresiva, Ghost World es una novela gráfica fantástica porque muestra muy bien esa edad en la que todos nos hemos creído diferentes y superiores al resto, ya sea por nuestra personalidad, nuestros gustos o simplemente por nuestra forma de vestir o peinarnos. El delicioso elenco de personajes secundarios y el expresivo dibujo de Clowes complementan una obra que resulta muy recomendable, especialmente para aquellos que sientan un profundo odio contra la humanidad en general.

El propio Clowes se encargó de escribir la adaptación cinematográfica, que fue protagonizada por Thora Birch en el papel de Enid y Scarlett Johansson en el de Becky.

Nota: 4/5

miércoles, febrero 14, 2018

Lo fácil es enamorase

Fisher está loco por Ivy, y, para su suerte, ella siente lo mismo. Han pasado unas semanas increíbles practicando sexo, dejándose llevar por la pasión y embarcándose en una aventura sensual e inigualable. Pero ¿qué pasa cuando ese primer brote de pasión se acaba y vuelven a la vida real? ¿Es esa atracción inicial un inicio para el amor? ¿Sobrevivirá su historia cuando Fisher descubra que Ivy es casi diez años mayor que él y escuche la noticia que ella tiene que darle?

Me llamó la atención este libro porque dentro del género de la comedia romántica no es lo más habitual que el autor sea un hombre y que el punto de vista sea del protagonista masculino. La premisa no tenía mala pinta, pero pronto se ve que no acaba de funcionar ni el apartado de la comedia ni el del romance.

Fisher, como protagonista, es insoportable. Se pasa el libro borracho o con resaca y llorando cada vez que su novia no le presta toda la atención a todas horas. Es yo yo yo yo continuamente y se hace muy desagradable. Tampoco vemos mucho del supuesto amor que sienten Fisher y Ivy, porque están discutiendo o ignorándose continuamente. Y como nos saltamos el inicio de la relación, lo único que queda es esencialmente Fisher auto-convenciéndose de que ella es la mujer de su vida, que quiere estar con ella y que está muy feliz con la situación.

La comedia tampoco destaca. En este caso creo que la traducción tampoco ayuda mucho, hay cosas que las tenía que estar traduciendo mentalmente de vuelta al inglés para entenderlas (por ejemplo cuando El quiere decir la palabra "wanker" y como no le sale hace el gesto con la mano; si se traduce como gili, no tiene mucho sentido. Ah, y hay un momento en el que hablan de comedias británicas clásicas y el traductor pone todos los nombres como las conocemos en España pero luego deja Blackadder tal cual. ¿Por qué?). Pero tampoco creo que en inglés sea mucho más divertido, los símiles que tan graciosos resultan en otras novelas del género aquí son muy planos, y los diálogos se me hicieron acartonados.

Encima hacia el final se vuelve un dramote que te provoca una bajona muy poco bienvenida. No tengo inconveniente en que este tipo de libros tengan drama, pero precisamente lo que me gusta de ellos es cómo se combinan con el humor, como hace magistralmente Marian Keyes que te hace llorar y reír a carcajadas casi al mismo tiempo. Aquí el drama lo sentí un poco forzado, y el hecho de que esté escrito en primera persona del presente me saca mucho de la lectura.

Hay cosas que sí me gustaron, todas las escenas con El están bien, y alguna cosa más. En general es entretenido de leer, no es un libro horrible ni mucho menos, pero en conjunto no me ha terminado de cuajar.

Nota: 2/5

miércoles, febrero 07, 2018

Emma

A sus veintiún años Emma Woodhouse vive una vida acomodada en una de las propiedades más prestigiosas de Highbury junto a su padre viudo. A todos los efectos dueña y señora de su casa, Emma está totalmente decidida a no casarse nunca. Tras perder la compañía de su ex-institutriz y mejor amiga, la señorita Taylor, que acaba de contraer matrimonio, Emma toma a su cargo a la joven Harriet, una adolescente de origen humilde a la que la señorita Woodhouse ve mucho potencial. 

La primera vez que leí Orgullo y Prejuicio me sorprendí de haber tardado veinticinco años de mi vida en animarme a probar con Jane Austen, y más después de lo muchísimo que disfruté con la novela. Ahora, he comprobado con consternación que por algún motivo inexplicable he dejado pasar una década antes de leer otro libro suyo, aunque mi consuelo es que, por muchos años que hayan pasado, sigo disfrutando igual de las obras de esta magnífica autora.

Orgullo y Prejuicio tenía, sin ninguna duda, unos puntos de humor muy buenos, pero en conjunto Emma es mucho más cómica. La protagonista, convencida de que tiene un don para adivinar los afectos y deseos de los demás, y animada por el éxito en la unión entre la señorita Taylor y el señor Weston, se dedica a intentar arreglar la vida de sus allegados, empezando por la pobre Harriet. Es genial ver cómo Emma mete la pata una y otra vez, porque como lector es fácil adivinar qué parejas acabarán juntas y quién quiere a quién. ¡Es Emma la que está totalmente ciega!

Sus intentos por mediar en las vidas de los demás, creyendo que obra bien, son totalmente descacharrantes, y es muy fácil sumergirse en la novela gracias, de nuevo, a un fantástico plantel de personajes, cada cual más carismático y divertido. Además de la propia Emma tenemos a su padre, el señor Woodhouse, que vive en una preocupación constante por la salud de los demás y que siempre está citando las palabras de su médico como si fuera ley (me encantó cuando su hija mayor, que ha salido a él, va a visitarlos y cada uno cita a su propio médico en cada frase de su conversación). Luego tenemos, cómo no, al señor Knightley, el hermano mayor del marido de la hermana de Emma y un buen amigo de la familia, el único en no hacerle la pelota a Emma y decirle las verdades a la cara. Ay, señor Knightley. Excepto por una cosa del final que no voy a juzgar porque la novela se publicó siglos atrás, el señor Knightley es perfecto (y en la última adaptación lo interpreta Jonny Lee Miller, además *suspiro*). También están la pobrecita Harriet, que va de desengaño en desengaño, los encantadores señor y señora Weston, el hijo del señor Weston Frank Churchill y posible pretendiente de Emma, el señor y la señora Elton, la tímida Jane Fairfax, la señora y la señorita Bates... Esta última es seguramente mi favorita, sus diatribas son la leche y la pobre mujer es tan buena y amable que incluso cuando la ofenden se muestra cariñosa y agradecida. Es insoportable, pero como personaje no tiene precio.

Las interacciones entre todos los personajes valen su precio en oro y siempre me gusta ver cómo se comportaba la gente en épocas tan distintas; me sorprende y agrada ver la educación y respeto con la que se dirigían unos a otros en todo momento, aunque la vida de la gente rica de entonces no puede decirse que fuera especialmente emocionante.

La novela, aunque romántica, destila el cinismo propio de Austen hacia el amor y el matrimonio y es en muchos aspectos mucho más moderna que muchas novelas románticas contemporáneas. Su protagonista sufre una evolución palpable de principio a fin, dándose cuenta de que no ha obrado sensatamente, aceptando sus fallos y concienciándose para ser una mejor persona que no se meta en los asuntos en los demás y que trate mejor a sus vecinos y amigos. 

De entre las dos me quedo con Orgullo y Prejuicio, uno de mis libros favoritos sino el que más, pero Emma es igualmente deliciosa y puedo decir que me lo he pasado tremendamente bien siguiendo los enredos de todos los vecinos de la localidad de Highbury. O, como dirían ellos, Emma es una novela muy meritoria y ha sido una lectura muy agradable que me ha reportado horas de gran satisfacción y placer.

Nota: 5/5

sábado, febrero 03, 2018

Best of Marvel: Los 4 fantásticos

A mediados de los noventa Marvel decidió hacer un reboot de varios de sus héroes más famosos para acercarlos a las nuevas generaciones y modernizar sus propiedades un poco. En el caso de uno de sus títulos más famosos y queridos, Los 4 Fantásticos, utilizaron a un autor mítico de la época como es Jim Lee.

Este primer tomo recoge los seis primeros números de los doce que componen este relanzamiento, y que comienzo con los inicios del grupo y sus primeras aventuras juntos, enfrentándose a enemigos de la talla de Namor o, cómo no, el Doctor Muerte. Entre los aliados vemos algunas caras conocidas como Estela Plateada, Capitán América, Thor, Pantera Negra y una breve aparición en forma de flashback de otros personajes como Tony Stark o Bruce Banner.

Se puede decir que este cómic estaba orientado a quien supiera poco o nada de Los 4F, es casi un Marvel para dummies porque es un ritmo muy rápido, concentrado y resumido de toda la historia de los personajes, y todo está tan mascadito que te explican hasta las cosas más simples. Realmente tiene poquita sustancia, pero no está mal del todo ver un enfoque diferente a las historias de siempre que ya habían quedado un poco anticuadas.

En cuanto a Jim Lee, su estilo es como siempre muy vistoso. Cuando era adolescente me chiflaba su dibujo, especialmente cuando trabajaba en Wild Cats, pero en esta ocasión lo he encontrado muy impersonal, no sé si porque ya soy adulta y valoro las cosas de otra manera o porque no le puso muchas ganas. Los personajes tienen muy poca personalidad (todos los tíos rubios son clónicos y todas las mujeres siguen el mismo patrón) y algunos diseños, como los de Nick Furia, son horribles.

No es precisamente la mejor versión de este mítico grupo pero se puede leer y para el que no domine mucho de cómics de Marvel, puede servir como introducción para iniciarse un poco en los orígenes de Reed Richards, Ben Grimm y los hermanos Storm y sus enfrentamientos contra villanos como Victor Von Doom o Galactus.